31.1.11

January

Me siento a escribir y que sea lo que sea, realmente no me interesa. Último día de enero. Enero, un mes horrible. Enero estuvo repleto de problemas, soledad, distancias, llantos, ausencias y miedos. La verdad es que me da cierta tranquilidad que se termine. No sé porqué tengo la costumbre de asociar momentos con meses o fechas específicas. Me da cierta esperanza pensar que en pocas horas va a ser otro mes y quizás otra historia. Quizás siga la misma, que es lo más probable, pero no hay tampoco mucho para hacer, supongo.
Sigo en enero. Enero que me llena de incertidumbres y miedos. Terminá de una buena vez que me hacés doler la cabeza a diario. Me pasaron muchas cosas durante tu presencia, y no fueron precisamente buenas. Agradezco que estés terminando, de verdad. Soy algo ilusa, lo sé, pero un poco de tranquilidad viene bárbaro.
Tantos días esperé este, inconscientemente, claro; y que haya llegado es... muy bueno.
Ahora bien, empieza otro mes, otro tiempo. Cambios, más y más cambios. No sé si voy a aguantarlos. En realidad sí, voy a aguantar, porque otra no hay...
Febrero nunca me gustó, y ahora menos; pero este año voy a darle una oportunidad de renovar todo lo que enero me dejó: un gran vacío.
En cierto modo, para mí el año empieza mañana. Primero de febrero. Enero fue un lapso terrible. Basta, ya está.

¡Cuánta imaginación! Enero y febrero podrían representarme personas específicas, muy loco.
Me cansé de escribir, sé que absolutamente nadie lo va a leer, pero igualmente me liberó escribir estas líneas con un par de incoherencias.
Tengo ganas de que cambie mi suerte, tengo ganas de cambiar. Quiero renovación ya.



Dame luz, dame luz para continuar,
que ya viví así
y no quiero más oscuridad

1 comentario:

Crustaceo dijo...

Te confundiste, yo lo leí.
Te compraste una docena de huevos y había uno roto, ese fue enero. Que rico lo que te podés hacer con los otros 11: ¡huevos fritos con papas fritas! ensalada de papa y huevo, licor de huevo, huevo arriba de la milanesa, huevo duro...