Odio cómo me hablas,
y también tu aspecto.
Odio que conduzcas mi coche,
y odio que me mires así.
Odio tus espantosas botas
y que leas mi pensamiento.
Me repugna tanto lo que siento,
que hasta me salen las rimas.
Odio que me mientas, y que tengas razón.
Odio cuando me haces reir
y odio que me hagas llorar.
Odio no tenerte cerca
y que no me hayas llamado aun.
Pero sobretodo odio no poder odiarte,
Porque no te odio.
Ni siquiera un poco.
Nada en absoluto.